Aunque no lo creas, los virus que nos acechan en esta época del año afectan a tu piel y mucho. Te revelamos cómo identificarlo y cómo ponerle solución.
Desde mediados de diciembre, especialmente en Navidad, los virus están en su pico, y es común escuchar a amigos, familiares o compañeros que se sienten mal. Los síntomas son tan similares que es difícil saber si se trata de gripe u otro virus. Además de la incomodidad de estar enfermo, esta situación afecta mucho a la piel, más de lo que imaginamos. Daniel Jiménez, cosmetólogo y director técnico de Skin Generics y CEO de BeLab Services comenta, es común que la piel se desequilibre durante estos períodos. Entonces, ¿cómo podemos identificar los síntomas más comunes y, lo más importante, cómo podemos cuidarla para aliviar estos efectos?
Más granitos
Es común que durante un resfriado aparezcan brotes de granitos. Según Jiménez, las toxinas en el cuerpo y el exceso de sudor por fiebre aumentan la grasa y bacterias en la piel, creando un ambiente ideal para los brotes. Por eso, aunque nos encontremos mal, es importante limpiar bien el rostro al ducharnos y usar cosméticos con hidroxiácidos, como los ácidos glicólico y salicílico, que ayudan a regular el exceso de sebo y prevenir los granitos.
Piel más sensible
Cuando estamos enfermos, el cuerpo entra en modo alerta y esto puede afectar la piel. Según el cosmetólogo, el organismo se enfoca en la recuperación y, la piel no es una prioridad para el sistema inmunológico. Esto provoca que la piel se vuelva más sensible, enrojecida e incluso pelada. Hay dos razones principales: primero, los desequilibrios internos y la proliferación de bacterias, y segundo, el roce constante de pañuelos, que debilita la barrera de la piel e irrita especialmente las zonas de los labios y la nariz, comenta.
Las soluciones
La solución para cuidar la piel durante una enfermedad pasa por tres pasos clave: hidratar, reparar la función barrera y seborregular. De esta manera, se mantienen los niveles de humedad adecuados, evitando el exceso de grasa y logrando un aspecto más uniforme. Además, las fórmulas pre o probióticas favorecen las bacterias buenas en la piel, ayudando a prevenir imperfecciones. Según el experto, las mejores fórmulas son aquellas que combinan hidratación con ingredientes que promuevan una flora bacteriana saludable y que refuerzan la barrera cutánea, añade.